top of page

Día para prevenir la explotación del Medio Ambiente en la guerra y los conflictos armados

  • Writer: M Celeste González
    M Celeste González
  • Nov 6
  • 7 min read

Updated: Nov 17

En tiempos de guerra, la naturaleza sufre la degradación que dejan tras de sí las acciones militares. La tala de árboles o los incendios ponen en peligro la biodiversidad o los ecosistemas naturales, las armas arrojan gases tóxicos y partículas al aire y filtran materiales pesados en el agua y en el suelo, y las bombas provocan profundas marcas en los paisajes.


Se han encontrado pozos de agua contaminados, cultivos quemados, bosques talados, suelos envenenados y animales sacrificados, con el fin de "conseguir recursos" a cualquier precio. El 40% de los conflictos de los últimos 60 años han tenido relación con la explotación de los recursos naturales, por su extracción para producción y comercio como la madera, los diamantes, el oro, los minerales o el petróleo, y por la escasez de otros recursos naturales como la tierra fértil y el agua.



En la actualidad, ya no podemos seguir hablando de guerras, sino de genocidios. Es fundamental comprender que, desde la perspectiva del derecho internacional, el genocidio se define como actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Estos actos incluyen asesinato, lesiones graves, afectación grave a la salud física o mental, sometimiento intencional a condiciones de vida que puedan ocasionar la destrucción física del grupo y medidas para impedir nacimientos dentro del grupo.


Desde el 2020 hasta ahora, se registraron al menos cinco genocidios simultáneos en el mundo, aunque la cobertura mediática y la atención internacional varían considerablemente entre ellos. Uno de los más destacados es el genocidio que afecta al pueblo palestino, atrayendo la atención mundial. Otro es la masacre perpetrada por Azerbaiyán contra el pueblo armenio en Nagorno-Karabaj. Sin embargo, hay escasa visibilidad sobre el genocidio en Tigray, Etiopía; el genocidio en el noroeste de la República Democrática del Congo y el genocidio sudanés en Darfur.


El Genocidio en Darfur

Se trata del primer genocidio del siglo XXI y sucede en el tercer país más grande de África, que cuenta, además, con 45 millones de habitantes. El conflicto se desató en 2003, cuando el gobierno autocrático de Omar al Bashir, también conocido como el «carnicero de Darfur», respondió a la insurgencia de grupos rebeldes africanos bombardeando extensas áreas del territorio e implementando una campaña de «limpieza étnica», resultando en el desplazamiento forzoso de millones de personas. Además, se acusa al gobierno de Al Bashir de respaldar a las milicias locales llamadas Yanyauid, las cuales llevaron a cabo la destrucción de pueblos enteros y cometieron numerosos asesinatos indiscriminados. En total, más de 300.000 personas perdieron la vida en Darfur.


En este punto, no hay demasiadas precisiones de lo que puede llegar a suceder en el futuro, sin embargo, las víctimas fatales, los desplazados y los heridos, a estas alturas, se cuentan de a cientos de miles, incluyendo a civiles, mujeres y niños. Sólo hay cifras fidedignas de refugiados y desplazados internos: 898.706 y 4.955.538 de personas respectivamente. Paralelamente a los conflictos, la limpieza étnica continúa en Darfur y Sudán hace tiempo es un Estado fallido que no puede garantizar servicios básicos a sus ciudadanos.

El Genocidio en Nagorno Karabaj

Bakú, la capital de Azerbaiyán, empezó a explotar sus yacimientos de gas y petróleo en la zona, que habían sido abandonados por las autoridades soviéticas tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.


Su producción generó rápidamente enormes ingresos de divisas, destinados en buena parte a modernizar el ejército y adquirir material bélico de primera generación, en su mayoría comprado a Turquía e Israel. Si bien la tensión entre los dos países estuvo siempre presente, produciéndose algún que otro altercado, no fue hasta 2020, en plena pandemia de covid-19, cuando Azerbaiyán decidió contraatacar con toda su fuerza.


Se dio así inicio a la segunda guerra de Nagorno Karabaj. Tras 44 días de combates, los armenios fueron derrotados. El enfrentamiento tuvo un saldo de alrededor de 7 000 muertos, mayoritariamente por el lado armenio. La paz finalmente se logró mediante la mediación de Rusia, que estableció un destacamento de soldados para evitar enfrentamientos en lugares claves.


Con el fin de la segunda guerra de Nagorno Karabaj de 2020 no terminaron las agresiones azeríes incluso dentro del territorio nacional armenio, que incluyeron terribles atrocidades –torturas, violaciones o decapitaciones–. Estas quedaron constatadas por las propias grabaciones que realizaron los soldados azeríes y difundieron por redes sociales, causando una gran consternación en la comunidad internacional por el nivel de barbarie y sadismo.


En el siglo XXI, la máxima responsabilidad de los crímenes recae en el dictador azerí Ilham Aliyev, que cuenta con la colaboración y el beneplácito del presidente turco Recep Tayyip Erdoğan. Erdoğan es, por cierto, ferviente negacionista del genocidio armenio y de toda responsabilidad turca.


La reciente y definitiva rendición de la República de Artsaj se produjo tras el rápido y feroz ataque lanzado por Azerbaiyán el pasado 19 de septiembre con el que logró tomar control de varias ciudades importantes. La agresión finalizó con un acuerdo firmado al día siguiente, y cuya inmediata consecuencia fue el inicio de un éxodo masivo de más de 102 000 personas que se dirigieron a Armenia. Con el alto el fuego, se estableció la disolución de Artsaj para el 1 de enero de 2024.



El Genocidio de Tigray, Etiopía

El 3 de noviembre del 2020 el Gobierno etíope lanzó una ofensiva militar en respuesta a un presunto ataque por parte del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF, en sus siglas en inglés) a una base militar situada en Tigray, al norte del país. Desde entonces Etiopía se encuentra sumida en una guerra civil atroz que enfrenta, por un lado, las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía, las Fuerzas de Defensa de Eritrea, grupos paramilitares y milicias de la región vecina de Amhara y, por otro, las Fuerzas de Defensa de Tigray.


Se han confirmado numerosos crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, limpieza étnica e incluso claros indicios de genocidio contra la población de Tigray. Las tropas etíopes y eritreas han violado a mujeres y niñas en Tigray. La violación de mujeres no es algo puntual en esta guerra, de hecho, la violación se ha utilizado como arma de guerra. Han violado sistemáticamente con la intención de deshumanizar, humillar y subyugar a sus víctimas.


Una sobreviviente de estos ataques contó cómo los soldados etíopes la violaron frente a sus propios familiares y le insertaron una varilla de metal ardiente en su vagina diciendo que “un útero tigré nunca debe dar a luz”. A otra sobreviviente que llegó inconsciente al hospital, después de haber sido violada en grupo durante varios días, sus verdugos le rellenaron la vagina con condones usados, piedras y clavos, según un video visto por la CNN y el testimonio de uno de los médicos que la atendieron. En un caso similar, una niña perdió la mano defendiéndose de un soldado que intentó violarla. Muchas supervivientes cuentan cómo los soldados les dijeron que las estaban violando con la intención de limpiarles la sangre.


El desplazamiento forzado de casi un millón de personas de sus hogares, las detenciones en campos de concentración por parte de grupos paramilitares de la región vecina de Amhara han llevado a una limpieza étnica en el oeste de Tigray. No solo los tigré que habitan en Tigray están sufriendo estos desgarradores sucesos, sino también los tigré que viven en otras partes de Etiopía. Sus cuentas bancarias han sido congeladas, sus negocios cerrados y recientemente arrestados en masa, incluso en Addis Abeba, la capital de Etiopía.


En noviembre de 2022, la Unión Africana (UA) medió las conversaciones de paz en Pretoria, Sudáfrica, que derivaron en un acuerdo para el "cese permanente de las hostilidades". En ese momento, el enviado de la UA para el Cuerno de África, Olusegun Obasanjo, dijo que las partes habían también acordado un "desarme sistemático, ordenado y coordinado". Sin embargo, para muchos en Tigray, el sufrimiento y la violencia siguieron.


El 89 % de las instalaciones sanitarias de Tigray quedaron dañadas y sin equipamiento. Otro problema que afecta al sistema de salud de la región es la falta de financiamiento. Gebrehiwot Mezgebe, director del hospital de Shiraro, estimó que el recinto, que atiende a una población de más de un millón de personas (incluidos a decenas miles de desplazados) requiere un presupuesto de 763.000 euros al año. Sin embargo, el Gobierno federal proporciona solo 30.000 euros.


El Genocidio de Palestina

Israel niega todas las acusaciones de que su conducta en Gaza haya violado los tratados y convenciones que conforman las leyes de la guerra y el derecho internacional humanitario.


El gobierno israelí justifica sus acciones como legítima defensa para proteger a sus ciudadanos y para forzar la liberación de los rehenes tomados por Hamás y la Yihad Islámica el 7 de octubre de 2023, de los cuales se cree que unos 20 siguen con vida.


Los israelíes desestimaron el informe, calificándolo de mentiras antisemitas inspiradas por Hamás.


El informe fue elaborado por una comisión de investigación creada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Israel y Estados Unidos boicotean el Consejo, que, según ambos países, está sesgado en su contra.


Entre una larga lista de acusaciones se encuentran los ataques israelíes contra civiles a quienes tiene la obligación legal de proteger, y la imposición de condiciones inhumanas, bloqueo de ayuda por parte de Israel que ha provocado una hambruna generalizada, según el IPC, el organismo internacional que evalúa las emergencias alimentarias.


Se trata de Yoav Gallant, quien declaró el 9 de octubre de 2023 cuando era ministro de Defensa que Israel estaba luchando contra "animales humanos". Al igual que el primer ministro Netanyahu, Gallant ya enfrenta una orden de arresto por crímenes de guerra emitida por la Corte Penal Internacional.


Netanyahu también está acusado de incitación al genocidio por comparar la guerra de Gaza con la historia de la lucha judía contra un enemigo conocido como Amalek. En la biblia, Dios ordena al pueblo judío eliminar a todos los hombres, mujeres y niños de Amalek, así como sus posesiones y animales.


El tercer funcionario señalado es el presidente Isaac Herzog, quien en la primera semana de la guerra condenó a los palestinos de Gaza por no alzarse contra Hamás. El 13 de octubre de 2023 declaró que "es toda una nación la que es responsable".


El gobierno del presidente Donald Trump continúa brindando ayuda militar vital y apoyo diplomático, sin los cuales los israelíes tendrían dificultades para continuar la guerra en Gaza y sus bombardeos en otras partes de Medio Oriente.


M Celeste González

Comments


bottom of page