Día Internacional contra el Fascismo y el Antisemitismo
- M Celeste González

- Nov 9
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Updated: Nov 17
Rememora los hechos acontecidos en Alemania y Austria en el año 1938, denominado la "Noche de los Cristales Rotos". Durante la noche del 9 de noviembre, ordenaron a los miembros de los grupos paramilitares del Partido Nazi (las SS, las SA y las Juventudes Hitlerianas) el ataque a las comunidades judías. Incendiaron sinagogas y destrozaron negocios, causando daños en cementerios y casas de judíos. Cientos de personas murieron durante la Kristallnacht, mientras que miles de ellos fueron heridos y encarcelados, para luego ser enviados a los campos de concentración.
La denominación de este ataque obedece a que los vidrios de los aparadores de los negocios se hicieron añicos después de los ataques violentos coordinados por los líderes nazis, con el apoyo de Adolfo Hitler.
Hoy, el antisemitismo se ve así.
Rápidamente salta el contraste con los aliados internacionales de Israel: el trumpismo en Estados Unidos, el mileísmo en Argentina, las formaciones políticas de Vox en España, de Víktor Orbán en Hungría, de Bolsonaro en Brasil, etc., todos cobijan en su interior a grupos herederos o admiradores del nazismo y del fascismo.
La fundación y la imposición de Israel en Palestina no es, como los sionistas quieren presentar, la respuesta al Holocausto nazi. En primer lugar, porque la colonización comenzó décadas antes de la Shoá. En segundo lugar, porque fueron los sectores del poder alemanes los que perpetraron el genocidio, no los palestinos ni los árabes. Solo el interés imperialista de tener un enclave “moderno” (proimperialista) en Medio Oriente, primero de Gran Bretaña pero luego de Estados Unidos, puede explicar que la “respuesta al Holocausto” esté en la partición forzada de Palestina y no en la construcción de un “Estado nacional judío” en alguna porción de la Alemania derrotada.
El sionismo, como ideología racista, tiene una lógica conspirativo-racial análoga al antisemitismo. Y el sionismo es “antisemita” porque reproduce un principio antisemita al igualar sionismo a judaísmo: responsabiliza a todos los judíos del mundo por el accionar criminal del Estado de Israel, imponiendo en los hechos una identidad “israelí” a todo judío. Niega las identidades de cientos de miles de judías y judíos en todo el mundo: sea excluyéndolos del judaísmo, o anulando su posición política antisionista.
En marzo de 2023, en París, veinte grupos judíos de catorce países europeos se reunieron por vez primera durante una conferencia internacional organizada en solidaridad con Palestina. A partir de ahí, decidieron unirse en una vía común, formalizada en septiembre de 2024 como Red de Judíos Europeos por Palestina (JEP).
JEP se basa en «el compromiso de contrarrestar el odio antijudío dondequiera que se manifieste», pero también «su explotación», en concreto la definición de antisemitismo de la IHRA, que «reprime la disidencia y silencia toda crítica a Israel». Se refiere a la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), una organización intergubernamental creada a finales de la década de 1990 para promover el recuerdo del Holocausto. En 2016, su asamblea plenaria aprobó y publicó una definición de antisemitismo en 11 puntos, siete de los cuales tienen que ver con las actitudes hacia Israel.
Las organizaciones judías que componen el JEP se han visto tachadas de antisemitas en sus países de origen respectivos y aisladas. De ahí la necesidad de trabajar en red con otras organizaciones, porque «a pesar del genocidio de Gaza, quienes están a la cabeza de las organizaciones judías europeas siguen apoyando sin críticas al Estado de Israel», declara JEP en su documento fundacional, «y pretenden hablar en nombre de todos los judíos, ignorando y silenciando la creciente disidencia dentro de las comunidades». «No somos tan marginales como pretenden. Desde octubre del año pasado, cientos de miles de judíos de todo el mundo han salido a la calle contra la guerra bajo el lema 'En mi nombre, no'», concluye Kaplan.
JEP rechaza «la centralización de la vida judía en torno al Estado de Israel» y en su lugar busca «crear comunidad en todas partes, más allá de las fronteras nacionales y las tradiciones coloniales», declaró Eleonore Bronstein, del grupo belga Ajab y De-Colonizer, durante el acto inaugural que tuvo lugar en Bruselas.
«Construimos nuestro judaísmo tendiendo puentes. Y precisamente porque somos judíos, orgullosos de nuestra historia, hijos y nietos de exterminados y perseguidos, estamos inequívocamente con el pueblo palestino». La red reclama «igualdad de derechos para todos en la Palestina histórica, desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo» y un «futuro digno de justicia y libertad». La primera batalla concreta es la lucha por detener los envíos de armas occidentales a Israel: «Las atrocidades que se cometen en Palestina se llevan a cabo con la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea... No podemos ocuparnos de la Nakba en curso en Palestina sin echar un vistazo a la actitud colonial aquí mismo, en nuestros propios países».
El sionismo como ideología y movimiento político nacionalista sostuvo en la práctica este proceso de conquista, ocupación y colonización de territorios palestinos. Por eso Israel no libró una guerra de independencia para fundarse como estado, sino que produjo la NAKBA, una catástrofe en la vida de los palestinos. Un violento y despiadado desplazamiento de sus territorios, que lejos de estar despoblados y desiertos, estaban habitados y con una vida social extensamente desarrollada.
Desde Argentina y en coordinación con organizaciones judías antisionistas de Estados Unidos, México, Brasil, Chile, Sudáfrica, Inglaterra, Alemania y muchos países más, seguiremos alzando la voz contra un Estado criminal que pretende apoyarse en el sufrimiento histórico del pueblo judío y en el Holocausto para legitimar sus atrocidades, banalizando así las peores expresiones de antisemitismo de la historia y manchando su justa memoria. No hay mayor generador de antisemitismo que oprimir y asesinar a un pueblo con misiles y tanques identificados con la estrella de David. ¡No en nuestro nombre!
M Celeste González






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